En el siguiente informativo podrás encontrar información sobre la forma en que el cooperativismo puede convertirse en una herramienta para mejorar las condiciones de vida de las mujeres rurales del país.

Mujeres rurales en El Salvador

Las mejoras en las condiciones de vida de las mujeres rurales de El Salvador están relacionadas con el fortalecimiento de ciertas herramientas como el liderazgo, la innovación, el trabajo en equipo, la resolución de conflictos, entre otros. Es importante mencionar que las necesidades o problemas de las mujeres que viven en el campo son diferentes a las que viven en la ciudad, donde tienden a haber más oportunidades de desarrollo para ellas. Por eso, es necesario encontrar nuevas herramientas que ayuden a las mujeres rurales a alcanzar una vida más digna.

Por lo general, las zonas rurales salvadoreñas tienen una forma de convivir más fortalecida que en la ciudad. Esto puede deberse a la manera colectiva de afrontar las necesidades y problemáticas de la comunidad donde viven. Por ejemplo, las cooperativas agrícolas o de comercialización que nacen de la organización comunitaria. Esto inicia una forma de construir comunidad basada en el trabajo colaborativo, donde las personas se unen con el fin de velar por la mejora de las condiciones de vida de todos y todas.

¿Cuáles son los beneficios para las mujeres rurales al participar en cooperativas?

En la actualidad, el cooperativismo entre las mujeres rurales se ha convertido en un modelo de desarrollo local. Algunos de los beneficios que obtienen las mujeres son:

  • Obtención de préstamos: pequeñas cooperativas en el ámbito del ahorro y crédito permiten que las mujeres participen y se favorezcan de iniciativas financieras acordes a su capacidad de pago. 
  • Generación de intereses por las aportaciones o ahorros que tienen en la cooperativa: esto les permite mejorar la economía local y tener mayor independencia económica.
  • Pueden optar a microcréditos que impulsen sus emprendimientos: las mujeres que trabajan la tierra o las trabajadoras del sector informal asociadas a una cooperativa pueden optar a microcréditos. 
  • Pueden generar ingresos a través de la comercialización de los productos que elaboran o los alimentos que cosechan.

 Lo anterior, propicia mejorar las condiciones de vida de las familias y las comunidades rurales, a través del empoderamiento de las mujeres cooperativistas, ya que generalmente las mujeres rurales no son consideradas por el sistema financiero bancario. 

Información relacionada:

En el siguiente informativo conocerás algunas recomendaciones sobre cómo iniciar un emprendimiento y algunas opciones de programas a nivel nacional dirigido a mujeres bit.ly/3X9uu6E 

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Fuentes de consulta: