En este artículo encontrarás información sobre qué son los entornos o situaciones de desprotección y cómo afecta a la niñez el crecer en estos.

Se espera que sean padre, madre o cuidadores asignados para la niñez y adolescencia quienes les protejan, creando entornos y medios de convivencia adecuados para su óptimo desarrollo integral como personas. Pero cuando no cumplen con este rol, se generan entornos o circunstancias de desprotección que ponen en riesgo a los niños y niñas.

¿Qué son los entornos de desprotección?

Son situaciones donde padres, madres o cuidadores no brindan la atención adecuada en las distintas áreas de su vida, por motivos de desconocimiento, falta de voluntad o por no tener los recursos para realizarlo. Dichos escenarios pueden tener características como:

  • Comportamientos inadecuados por parte de los padres, madres o cuidadores: estos pueden ser de manera física, psicológica o sexual.
  • Provoca daños en niños y niñas: de manera física, emocional, cognitiva o social, o el riesgo de poder padecerlos.

Principales tipos de desprotección infantil en la primera infancia y sus consecuencias

  • Maltrato físico: pueden llegar a dañar de manera significativa el cuerpo de la niña o niño, causando lesiones graves e incluso la muerte. Algunas formas de maltrato físico son: golpes con las manos, pies u objetos, mordeduras, halones de cabello o partes del cuerpo de los menores, pellizcos, etc.
  • Negligencia: se comprende como la falta de atención hacia las necesidades físicas, cognitivas o emocionales de los niños y niñas de manera habitual y constante, teniendo como consecuencias: déficit en el desarrollo físico como en la talla o peso, carencia de higiene personal, comportamientos desafiantes, extremos o cambios bruscos de conducta, retraso en el desarrollo motor, del lenguaje e independencia, demuestran afecto excesivo hacia personas desconocidas, indiferencia hacia sus padres y negarse a volver a casa.
  • Violencia sexual: se refiere a cualquier tipo de conducta o contacto de índole sexual con un niño o niña, con el objetivo de satisfacer las necesidades de la persona abusadora. Algunas de las consecuencias de la violencia sexual son: comportamientos hipersexualizados, o autoeróticos, conductas regresivas como volver a tener comportamientos propios de un bebé, trastornos del sueño, temor ante personas o situaciones desconocidas, retraimiento social, etc.
  • Maltrato psíquico: son conductas negativas o formas destructivas de interactuar de parte de los padres, madres o cuidadores hacia los niños y niñas, se cometen de manera reiterada. El maltrato psíquico puede comprender formas verbales o no verbales como demostrar rechazo, desprecio, o ridiculizarles, criticarle y castigarle de manera severa continuamente, humillarle públicamente o culparle de la situación familiar en general, teniendo como consecuencias: problemas de alimentación, de sueño, retraso en el lenguaje, conductas autolesivas, crueldad hacia los animales o niños y niñas menores que ellos, baja autoestima o poca confianza en sí mismos, agresividad, rechazar la interacción con otras personas, etc.

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Fuentes de consulta