En este informativo te compartimos algunas maneras en que puedes ayudar a una niña o a un niño luego de haber experimentado una situación traumática.
Una situación traumática requiere de ayuda inmediata, especialmente si sucede durante la infancia, porque el sentido de seguridad y confianza se ven bastante afectados. Sin la atención apropiada, podrían tenerse efectos negativos a largo plazo en la salud física y emocional. A corto plazo pueden presentar una o varias de las siguientes señales:
- Irritabilidad
- Tristeza
- Aislamiento
- Culpabilidad
- Miedo a un estímulo que probablemente estuvo presente durante el evento traumático.
- Cambios en sus patrones de sueño y apetito.
- Incapacidad para estar solos/as.
¿Cómo puedes apoyar ante estas circunstancias?
Actúa con calma. Quizá enterarte que un niño o una niña pasó por algo difícil sea impactante para ti. Probablemente, tu primera reacción sea alarmarte, pero recuerda que un estado de tranquilidad puede ser de más utilidad para su recuperación. Por ejemplo: cuida tu tono de voz o expresiones faciales, ya que los niños y las niñas son bastante observadores de los adultos que están más próximos.
Comparte información sobre lo que pasó. Posiblemente quieras protegerle al no explicarle lo que pasó. Sin embargo, brindarles información puede ayudarles a iniciar su proceso de sanación y mitigar emociones o pensamientos asociados al trauma (culpa o enojo por no haber hecho algo). Habla con brevedad y honestidad, también puedes decirle que puede hacer preguntas. Esto promueve confianza y un espacio seguro.
Mantén la rutina. En medio del caos y el cambio, las rutinas proporcionan control y demuestran que puede tenerse una vida normal nuevamente. Intenta mantener horarios para comer, dormir y para hacer otras actividades que sean divertidas. También trata de seguir con las mismas medidas de disciplina y estrategias de crianza.
Comparte tiempo de calidad y de juego. Estar presente en la vida de los/as niños/as y adolescentes va más allá de solo tener simples conversaciones. Pueden hacer actividades cotidianas en conjunto, como, por ejemplo: cocinar, doblar ropa, ordenar el cuarto, etc. También involucra juego u otras actividades recreativas según la edad que tengan.
Involucra técnicas de relajación o respiración en la rutina. El cuerpo queda alerta luego de haber vivido una situación que puso en riesgo su integridad física y emocional. Las técnicas de respiración ayudan a restablecer el equilibrio si se practican con regularidad. Puedes leer algunos ejemplos de estas técnicas en el siguiente enlace: https://bit.ly/3V94HI1
Ten paciencia. Cada niño o niña enfrenta las situaciones adversas a su manera. Algunos querrán pasar a solas o con ciertos familiares o amigos de su confianza. Es parte del proceso, y tomará cierto tiempo que retome algunos de sus comportamientos previos. Hazles saber que es normal sentir emociones como la tristeza, enojo o culpa, y que hay formas de expresarlas. Por ejemplo: a través del dibujo, deporte, o hablándolo confiable.
Busca ayuda profesional. Lo más recomendable ante este tipo de circunstancias es buscar todo el apoyo necesario, de preferencia integral. Puede ser necesario buscar atención psicológica, psiquiátrica y/o médica, etc.
Información relacionada:
- Si quieres informarte más sobre el trauma y cuáles son sus efectos, puedes leer el siguiente enlace: https://bit.ly/3Q62sDO
- También puedes informarte sobre las diferentes experiencias adversas que pueden estar presente en la infancia y cómo afectan en la adultez: https://bit.ly/4czje8W
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Fuentes de consulta:
- Kids Health: Cómo ayudar a su hijo después de un trauma
- Child Mind Institute: Cómo ayudar a los niños a lidiar con un evento traumático