Crecimiento
Si tu empresa ha alcanzado hitos importantes durante la fase de inicio y ha logrado metas de ventas, puede comenzar a explorar oportunidades de crecimiento. Una vez que tu empresa haya establecido una base de clientes y se haya hecho conocida por un producto o servicio, puedes enfocarte en maneras para hacer crecer tus ventas y operaciones.
Durante una fase de crecimiento, tu empresa puede comenzar a hacer más dinero, a alcanzar el punto de equilibrio, a ser rentable o a aumentar la rentabilidad.
Si tu producto o servicio está despegando, podría ser momento de procurar más fondos de inversiones para expandir el negocio. Es probable que necesites invertir en equipos, contratar más empleados o desear ampliar tus productos o servicios de mejor desempeño. También puede ser tiempo de discontinuar o de tratar de mejorar los productos o servicios que no se han estado vendiendo bien.
Durante la fase inicial, la mayor parte de la carga de operar la empresa podría recaer sobre ti como dueño. Si tu empresa crece, probablemente contrates empleados y los capacites para ayudarte en la gestión de las funciones diarias. Con ese personal en sus puestos, tendrás más tiempo para concentrarte en la comercialización de la empresa y en dirigir a otros.
Esta también podría ser una buena fase para enfocarte en invertir más dinero en tu [fondo de emergencia] para ayudarte a solucionar algún revés financiero inesperado o para invertir en oportunidades inminentes.
Madurez
Después de varios años en la actividad, tu compañía puede alcanzar una etapa de madurez cuando sea más estable y rentable. Esta es la tercera etapa en el ciclo de vida útil de una empresa.
Cuando iniciaste tu empresa, es probable que hayas percibido un salario limitado. Ahora, como dueño, probablemente comiences a recibir un salario periódico de la compañía.
Las empresas maduras deben tener un sólido reconocimiento de la marca y una base de clientes garantizada y en crecimiento que les permita ampliar las líneas de productos a mercados nuevos o existentes.
En este punto, puedes contar con tus empleados para la gestión de las operaciones diarias, mientras te enfocas en metas a largo plazo.
Transición
La etapa de transición representa un período en el cual la compañía debe lidiar con cambios. La transición puede ser positiva o negativa y podría deberse a muchos factores, a saber:
- Disminución de las ventas.
- Cambios en las condiciones del mercado que impactan en la empresa.
- Cambios en las preferencias de los clientes.
- Oportunidad de crecimiento rápido.
- Una situación personal.
En el caso de algunas empresas, un competidor más grande que se mude a tu zona o un menor deseo por su producto o servicio podría dar como resultado una disminución en las ventas. Cuando te enfrentes a esas amenazas deberás determinar cómo hacer para captar clientes y conservarlos.
La fase de transición también puede ser un período de inmenso crecimiento. Una vez que tu empresa se hace conocida, tendrás oportunidad para asociarte con otras compañías más grandes o con grupos de clientes. Antes de tomar un pedido grande de una compañía más grande o de una cadena de tiendas nacional, asegúrate de que podrás satisfacer esa demanda, además de los otros pedidos entrantes. Cuando una compañía pequeña consigue una gran oportunidad con un pedido enorme, tiene la posibilidad de crecer y de hacerse más conocida. Por el contrario, si no puedes satisfacer la demanda, podrías dañar tu reputación y a la empresa.
Probablemente necesites fondos adicionales para invertir en personal de producción y ventas; sin embargo, pasarían meses antes de poder cosechar los frutos de las ventas. Puede resultar un desafío manejar esa enorme salida y entrada de dinero, que necesitarás manejar para sobrevivir en un período de crecimiento rápido.
Con tus metas a largo plazo en mente, tal vez quieras enfocarte en la creación de planes tácticos que te guíen para dar respuestas inmediatas durante una transición. Un plan táctico tendrá en cuenta las fortalezas y debilidades de tu empresa, además de las amenazas externas y oportunidades, y te ayudará a encontrar una solución a problemas y oportunidades. Cada una de esas soluciones pueden ayudarte a lograr esas metas a largo plazo.
Sucesión
La fase final del ciclo de vida útil de una empresa es cuando un dueño decide cerrar, vender o incorporar a un sucesor para que se haga cargo de la compañía.
Los dueños pueden decidir seguir adelante por una variedad de razones. Podrías querer intentar algo nuevo, tu empresa podría estar en declive o podrías estar atravesando circunstancias personales o de salud. O bien, a tu empresa podría estar yéndole muy bien y crees que podrías obtener un buen precio para, después, jubilarte.
En el caso de los dueños de pequeñas empresas, un sucesor es, a menudo, un pariente, amigo o empleado actual que desea hacerse cargo y operar la empresa. Sin embargo, también podrías vendérsela a alguien que aún no conoces.
Puedes querer vender toda la empresa a la persona o retener la propiedad parcial y recibir ingresos de las ganancias de la empresa aun cuando ya no estés involucrado en las operaciones diarias. Algunos dueños de empresa convienen en seguir y en ayudar a capacitar al nuevo dueño durante la transición.
El proceso de venta puede variar, dependiendo del tipo de empresa y de la ubicación; aunque, a menudo, implica varios pasos:
1. Determinar el valor de la compañía. Evalúa el valor del negocio basado en tus activos y ventas. Una pequeña empresa puede valer varias veces sus ventas anuales; sin embargo, el valor puede variar dependiendo de aspectos específicos de la situación. Puedes contratar a un profesional o compañía para que te ayude a determinar el valor de la compañía si no estás seguro. Busca a alguien con experiencia en la evaluación de empresas similares que pueda guiarte en la valuación. Si determinas el valor por tu cuenta, analiza algunos de los pasos del proceso que deberás completar.
2. Preparar tus documentos financieros. Los potenciales compradores querrán revisar los registros, declaraciones financieras y declaraciones de impuestos de tu empresa para comprender mejor la situación financiera y el historial de ventas. Asegúrate de que toda la documentación esté a disposición y sea exacta.
3. Buscar potenciales compradores. Tienes que listar a tu empresa para venta en línea o en publicaciones locales. También podrías trabajar con un agente de negocios, un profesional que puede poner en contacto a los potenciales vendedores con los potenciales compradores a cambio de una reducción en el precio de venta.
4. Poner en orden el financiamiento. Muchos compradores de empresas necesitarán sacar un préstamo para adquirir tu empresa. Tal vez también tengas que prestarle dinero al comprador permitiéndole que te pague parte del precio de venta, más los intereses, en el tiempo. El financiamiento del vendedor enlace a Financiamiento puede ser importante porque le demuestra al vendedor, y a los demás prestamistas, que crees en el futuro de tu empresa.
5. Negociar las condiciones de venta. Al igual que con muchas transacciones, espera que el comprador negocie el precio de venta y las condiciones del acuerdo. Tal vez quieras contratar a un profesional especializado en el manejo de ventas de pequeñas empresas, incluso un contador o abogado, para que revise todo antes de la venta definitiva.
6. Cerrar el trato. Una vez alcanzado un acuerdo, es hora de hacer oficial la venta firmando los contratos legales que ceden el control y la propiedad al comprador. Dichos contratos pueden ser difíciles de redactar y comprender, y tu abogado debería participar de este paso final.
Si no puedes hallar un vendedor u obtener suficiente dinero para tu empresa, tal vez quieras transferirla sin cargo a un pariente, amigo o empleado. Podrías seguir reteniendo la propiedad parcial y recibir ingresos de la empresa.
O bien, si la empresa ya está en declive y crees que no sobrevivirá por mucho tiempo, probablemente quieras cerrar sus puertas permanentemente en lugar de venderla o transferirla.
El cierre de una empresa puede ser un proceso simple si no tiene mucha deuda. Puedes vender los activos de la empresa y dar por finalizados los contratos, y probablemente necesites presentar papeles ante el gobierno regional o nacional para desmantelar tu entidad comercial (si has creado una). En caso de no desmantelar oficialmente la entidad, tal vez debas continuar pagando tasas o impuestos de presentación de trámites.
Si no puedes hacerle frente a la deuda de la empresa, tal vez quieras intentar negociar con los acreedores el pago en el tiempo o liquidar la empresa por un valor menor. La bancarrota conceptos básicos financieros/deuda también puede ser una opción, dependiendo del monto de la deuda y de tu situación financiera personal y de la empresa.
Nota: es sensato que te familiarices con los cinco ciclos de cambios: inicio, crecimiento, madurez, transición y sucesión.
Informativo elaborado con el apoyo de VISA y el International Rescue Committe - IRC.